Localización y figuras de protección
En el este de Albacete, entre suaves relieves a una altitud media de 850-900 metros, se despliega ante nosotros un paisaje dominado por la agricultura extensiva de secano y jalonado por numerosas charcas (conocidas en la zona como “hoyas”). Es el complejo estepario-lagunar de Pétrola-Corral Rubio, si bien se extiende hacia localidades vecinas como Bonete o Montealegre del Castillo. Los valores naturales de la zona han sido merecedores de diversas catalogaciones*: Espacio Natural Protegido, Zona Especial de Conservación y Zona de Especial Protección de Aves.
Flamencos en la laguna de Hoya rasa (Corral Rubio). Foto: Félix Picazo.
El agrosistema estepario
La estepa es un ecosistema propio de áreas con escaso relieve y bajos registros de precipitación, lo que se traduce en formaciones vegetales dominadas por herbáceas. A nivel mundial, este bioma ocupa amplias superficies en Norteamérica, Asia y África. En la Península Ibérica apenas contamos con auténticas estepas, pues la mayoría deben su origen a la acción humana y presentan especies de herbáceas que se corresponden con cultivos agrícolas. De ahí que en España denominemos a estas áreas como pseudoestepas, agroestepas o estepas cerealistas. Concretamente, en las agroestepas de Pétrola-Corral Rubio, el paisaje está dominado principalmente por cultivos de herbáceas de secano (principalmente cereal pero también leguminosas), acompañado de un mosaico compuesto por barbechos, eriales, pastizales, cultivos leñosos y pequeños parches de monte mediterráneo. Entre la fauna, las aves son sin duda las principales protagonistas. Así, dentro de la comunidad asociada a zonas agrícolas, no nos resultará difícil observar grupos de Avutarda común (Otis tarda). Aunque más difíciles de detectar, otra serie de aves esteparias como el Sisón común (Tetrax tetrax), la Ganga ibérica (Pterocles alchata), la Ganga ortega (Pterocles orientalis), el Alcaraván común (Burhinus oedycnemus), el Aguilucho cenizo (Circus pygargus) o el Cernícalo primilla (Falco naumanni) están presentes en la zona. Las poblaciones de la mayoría de avifauna esteparia se encuentra en claro retroceso debido principalmente a la conversión de parcelas con agricultura tradicional de secano en agricultura industrial con una fuerte artificialización del paisaje (cultivos en espaldera, casetas de riego y naves agrícolas, tendidos eléctricos, etc.), al uso de pesticidas y a las molestias derivadas de actividades en la naturaleza.
Avutardas en los alrededores de la aldea de El Bachiller. Foto: Félix Picazo.
Las zonas húmedas
La ausencia de una red hidrográfica definida, unido a una geología en la que predominan materiales poco permeables, posibilitan la existencia de un complejo lagunar de naturaleza endorreica. Aunque la mayoría de charcas son temporales al nutrirse exclusivamente del agua de escorrentía, algunas reciben, además, aportes subterráneos, por lo que se pueden considerar permanentes (aunque con fluctuaciones del nivel de agua bastante drásticos entre invierno-primavera y verano). Así, en las épocas más húmedas, pueden reconocerse cerca de una treintena de cuerpos de agua, mientras que en las épocas más secas solo los más grandes, como la “Laguna del salobrejo”, la “Laguna de Pétrola” o la “Laguna del saladar”, mantienen el agua.
Otra particularidad de este espacio es la naturaleza salina de la mayoría de las lagunas. Los materiales del vaso lagunar (cubeta que contiene el agua) tienden a disolverse en el agua aportando sales a ésta, cuya concentración va aumentando poco a poco desde el momento en que el vaso se rellena de agua de lluvia hasta que ésta se evapora por completo. Esto aporta aún más diversidad a la zona, pues existen desde charcas hiposalinas (baja salinidad) como la “Hoya de la yerba”, hasta mesosalinas (salinidad intermedia) como “Hoya rasa” (en los momentos de mayor estiaje puede superar ampliamente la salinidad del mar) con sus respectivos especialistas, tanto de fauna como de flora, para cada nivel de salinidad. De nuevo, las aves son las protagonistas, constituyendo este área un auténtico paraíso para los ornitólogos. De entre todas las especies, quizás las más interesantes sean el Flamenco común (Phoenicopterus ruber), que en la laguna de Pétrola mantiene incluso una colonia de cría, la Malvasía (Oxyura leucocephala) y el Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus). No obstante, la diversidad de aves asociadas a ecosistemas acuáticos es enorme: varias especies de ardeidas (garzas), láridos (gaviotas), anátidas (patos), limícolas (avocetas, cigüeñuelas, chorlitejos, andarríos, etc.), rálidos (fochas, gallinetas y rascones) o estérnidos (pagazas) se encuentran entre la larga lista de vertebrados que habitan este lugar. También la flora cuenta con especies muy interesantes, destacando sobre todo las especies halófilas y halotolerantes, tanto estrictamente acuáticas como terrestres propias de las llanuras de inundación y áreas perilagunares.
Hoya de la atalaya de los ojicos o laguna del salarejo (Corral Rubio). Foto: Félix Picazo.
Itinerario recomendado
Desde Albacete, por la A-31, hasta tomar la CM-3255 a la altura de la estación de Chinchilla en dirección Pétrola pasando por la pedanía de Horna. Desde Alicante, por la A-31, hasta tomar la CM-3261 a la altura de Bonete en dirección Corral Rubio. Desde Murcia, por la A-30, hasta tomar la CM-3215 a la altura de Tobarra en dirección Ontur, y desde ahí a Fuente-Álamo donde cogeremos la B-10 en dirección Corral Rubio pasando por la pedanía de La Higuera. Para ver Avutarda común, las mejores zonas son los alrededores de la aldea de “El Bachiller” (en la carretera que une Corral Rubio con Bonete; en concreto, una buena opción es tomar el camino que arranca a la izquierda, sentido Bonete, justo en el km 12) y el área comprendida entre la “Hoya grande» de Corral Rubio y la carretera que une esta localidad con la de Pétrola, pudiéndose contemplar algunos ejemplares incluso desde la misma carretera.
Aquí es necesario hacer un inciso: la Avutarda común es un animal especialmente sensible a las molestias y hay que evitar por todos los medios hacerles levantar el vuelo. Por varios motivos: dadas sus limitaciones para el vuelo y dificultades para maniobrar en el aire, podemos provocar perfectamente un choque mortal contra tendidos eléctricos o postes y cables de cultivos en espaldera, pero también porque, dado su elevado peso, los requerimientos energéticos de cada vuelo son enormes, lo cual les obliga a buscar más alimento en sus cada vez más pobres hábitats ¿Os imagináis que a cada uno de nosotros nos forzaran a correr 10 km cada pocas horas mientras tenemos la nevera vacía? Por eso, aunque es compresible que nadie quiera perderse este espectáculo, es muy recomendable que lo hagamos acompañado de gente con experiencia en la materia, que tenga presente estas precauciones. Lo ideal es realizar paradas frecuentes para barrer el horizonte con prismáticos y/o telescopio, y una vez localizadas las aves detener la aproximación, e incluso dar un rodeo si así fuera necesario. Las avutardas, que confían poco en su capacidad de huida, son animales muy asustadizos, y no dudarán en levantar el vuelo apenas nos separen 200-300 m de ellas. Hay varias empresas de turismo ornitológico que realizan rutas en la zona y que cuentan con guías profesionales los cuales no sólo garantizan la ausencia de molestias a la fauna sino también que disfrutemos al máximo de los valores naturales de la zona sin perdernos detalle. Merece la pena valorar dicha opción, sobre todo si somos un grupo de varias personas.
Mapa de la zona. Fuente: http://contenido.ign.es/iberpix2/visor/
Quien quiera profundizar en la compleja geología de la zona, así como en el funcionamiento hidrogeológico y los contextos florístico y faunístico de la misma, en este enlace podrá encontrar más información.
Así pues, familia ecomandanguera, salid ahí fuera a contemplar todas esas maravillas que la vida nos brinda, disfrutad mucho, sed respetuosos con el entorno y, en caso de que os animéis a visitar la zona, enviadnos vuestros comentarios!
Entrada escrita por Félix Picazo, Tano Gutiérrez y Daniel Bruno
*Datos de los espacios catalogados en la zona:
- Reserva Natural “Laguna salada de Pétrola” (Espacio Natural Protegido). Superficie: 343,81 hectáreas; Términos municipales: Pétrola y Chinchilla de Montearagón.
- Zona Especial de Conservación «Lugar de Interés Comunitario de las lagunas saladas de Pétrola y Salobrejo y complejo lagunar de Corral Rubio” (Red Natura 2000). Superficie: 2.452 hectáreas; Términos municipales: Corral Rubio, Pétrola, Higueruela y Chinchilla de Monte Aragón.
- Zona de Especial Protección de Aves “Área esteparia del Este de Albacete” (Red Natura 2000). Superficie: 25.757 hectáreas repartidas en 4 zonas diferentes; Términos municipales: Almansa, Chinchilla de Monte Aragón, Montealegre del Castillo, Higueruela, Hoya-Gonzalo, Alpera y Corral Rubio.