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Sophie Cauvy-Fraunié: ¡los glaciares de montaña están desapareciendo!

Como ya sabrán nuestros lectores, el proceso de cambio climático en el que se encuentra inmerso nuestro planeta está provocando importantes alteraciones sobre los ecosistemas. Aunque en algunos casos los efectos asociados a estas modificaciones son difícilmente perceptibles, en otras ocasiones se muestran de manera muy patente, incluso en el corto-medio plazo. En concreto los glaciares y, especialmente, los de montaña, al estar compuestos principalmente por hielo, son muy sensibles al incremento de la temperatura. Los glaciares resultan ideales para evaluar los cambios que se suceden a lo largo y ancho del planeta de tal forma que sirven como alerta temprana -al estilo de lo que se hacía con los canarios en las minas para detectar bolsas de gas tóxico-, para anticipar qué puede ocurrir en otros sistemas.

Sophie Cauvy-Fraunié: entre glaciares y cambio climático

Hoy, tenemos el placer de presentaros a Sophie Cauvy-Fraunié, investigadora postdoctoral en el IRSTEA (Lyon, Francia) que nos va a hablar de cómo los glaciares y los ríos asociados a los mismos responden al cambio climático. Francesa de nacimiento, pero latina de corazón, dado que desarrolló gran parte de su tesis en Ecuador, su carrera investigadora le ha llevado a estudiar desde los glaciares alpinos europeos a los glaciares andinos tropicales (sí, en los trópicos también hay glaciares), por lo que tiene una amplia visión de los cambios ambientales que están experimentando estos ecosistemas. Con todos ustedes, ¡¡Sophie!!

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Sophie durante una campaña de muestreo.

Buenos días Sophie, ¿podrías explícanos brevemente a qué te dedicas?

¡Hola! Mi campo principal de investigación se centra en la biodiversidad de alta montaña y, en particular, en los ecosistemas acuáticos de estas áreas. En concreto, estoy estudiando el efecto del cambio climático en el retroceso de los glaciares y el impacto que esto tiene sobre la biodiversidad que habita en los ríos que se forman por la fusión del hielo del glaciar. Para ello, examino tanto los pequeños invertebrados que viven en los ríos como las condiciones ambientales de estos sistemas, principalmente temperatura, turbidez o nutrientes, a diversas escalas espaciales, desde hábitat a cuenca hidrológica. El objetivo final de mis estudios es hacer un modelo global que permita predecir cómo cambia la biodiversidad de estos ríos a medida que los glaciares se van derritiendo.

«El objetivo final de mis estudios es hacer un modelo global que permita predecir cómo cambia la biodiversidad de estos ríos a medida que los glaciares se van derritiendo»

En el contexto de cambio climático en el que nos encontramos, ¿por qué es importante preservar los glaciares?

Hay muchas razones, y éstas van desde las puramente conservacionistas hasta las que tienen que ver con el bienestar humano. Por un lado atesoran una biodiversidad única, ya que las especies que habitan en este tipo de ambientes presentan una serie de adaptaciones que restringen su distribución a aguas con muy baja temperatura. Esto resulta en que gran parte de las especies sean raras, con una distribución mundial muy limitada. En cuanto al aspecto más aplicado, hay que destacar que, pese a ocupar una pequeña superficie a nivel mundial, alrededor del 0,5%, suponen una importante reserva de agua dulce en muchas zonas del planeta. De hecho, ciudades tan importantes como la Paz, en Bolivia, dependen de de los glaciares para el abastecimiento de agua potable, especialmente durante la estación seca (diciembre-febrero).

¿Qué hace a los ríos glaciares diferentes a otros ríos de alta montaña?

Comparados con los ríos de alta montaña, además de una menor temperatura y un agua con una concentración muy baja de sales [sales como las de sodio o potasio son esenciales para el desarrollo de los organismos], los ríos glaciares presentan una transparencia muy baja como consecuencia del arrastre de materiales producidos por la fricción del hielo con el sustrato rocoso durante los movimientos del glaciar. También, en contra de lo que pudiera parecer, los glaciares tienen una elevada dinámica. Podríamos decir que se parecen mucho a un organismo vivo y cambian a lo largo de las estaciones y los años. Las condiciones ambientales tan particulares de los ríos glaciares hacen que la vida que allí se desarrolla sea también única. En las inmediaciones del glaciar, las condiciones son tan duras que solo bacterias, hongos y algunos invertebrados, especialmente pequeñas larvas de quironómidos [una familia de mosquitos], puedan sobrevivir allí debido a sus rasgos vitales. Por ejemplo, suelen ser de pequeño tamaño, se reproducen varias veces al año, son animales con ciclos de vida cortos y con una dieta muy flexible. Además, el río glaciar actúa como una barrera haciendo que los organismos que viven en ellos tengan una distribución espacial muy reducida [Sophie nos cuenta que ese aislamiento es la causa de que encontremos numerosos endemismos (especies de distribución limitada a una región concreta) y que incluso glaciares cercanos en el espacio estén habitados por especies muy distintas. Recordemos que, cuando dos poblaciones de una misma especie se aíslan durante mucho tiempo pueden convertirse en especies distintas (ver especiación alopátrida)]. Conforme te vas alejando del glaciar, el río va ganando temperatura, las condiciones cambian y se vuelven más benignas. Como consecuencia, desaparecen las especies típicas del glaciar que son sustituidas por otras propias de aguas de mayor temperatura. Normalmente, los ríos de tramos más bajos tienen una mayor diversidad y abundancia de especies debido a las condiciones ambientales más propicias para la vida, el problema es que los invertebrados de ríos glaciares -muy adaptados y especializados a vivir en estos ambientes- no pueden sobrevivir en aguas más cálidas.

«Las condiciones ambientales tan particulares de los ríos glaciares hacen que la vida que allí se desarrolla sea también única»

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Sophie con las manos en la masa «congelada» de un río de origen glaciar. Como puede observarse, la transparencia del agua es muy baja en este tipo de ríos.

¿Qué cambios han experimentado los glaciares en las últimas décadas? ¿Es uniforme este cambio? ¿De qué depende?

Hay una clara disminución de superficie y espesor. Al ritmo actual, muchos glaciares habrán desaparecido en los próximos años y otros estarán en vías de desaparición. La fusión de los glaciares no es uniforme en todo el mundo, ya que, además del aumento de la temperatura global, hay otros factores locales que influyen en la velocidad de fusión del hielo. Así, el clima local y regional, la orientación, el color y la morfología del glaciar son factores muy importantes que determinan su resistencia a la subida de temperaturas. Por ejemplo, no es lo mismo que el glaciar esté ubicado en una cara norte que en una cara sur, que el glaciar sea más blanco y pueda reflejar la radiación solar o que sea oscuro y absorba más radiación calentándose más rápido. También influye la cantidad de precipitación que recibe y si esta es en forma de lluvia o nieve así como de la orografía [Sophie explica que una orografía plana facilitará una mayor acumulación de hielo y nieve en comparación con zonas inclinadas]. En general, los glaciares alpinos y los tropicales son los que tienen mayor riesgo de desaparición. De hecho, en los trópicos actualmente hay que subir por encima de los 5.000 metros para encontrar algún glaciar. Lo más preocupante es que aunque parásemos totalmente la emisión de CO2 y otros gases de efecto invernadero y consiguiéramos que no haya un aumento extra de la temperatura, los glaciares seguirán reduciendo su superficie debido a la inercia térmica y a la ruptura del punto de equilibrio del glaciar [Sophie nos explica este término: todos los glaciares tienen una zona de ablación (donde se derrite) y otra de acumulación (donde coge grosor) que suelen guardar un equilibrio. Sin embargo, el cambio climático ha modificado dicho equilibrio, aumentando la fusión del glaciar en detrimento de la acumulación].

«En contra de lo que pudiera parecer, los glaciares tienen una elevada dinámica. Podríamos decir que se parecen mucho a un organismo vivo y cambian a lo largo de las estaciones y los años»

Llevas investigando los glaciares desde hace más de 5 años, ¿es posible ver cambios en ellos y en los seres vivos que los habitan en un periodo tan corto de tiempo?

Por desgracia, sí. Cada vez que visito los glaciares percibo cambios en ellos. En 3 años he visto cómo algunos glaciares han perdido parte de su extensión y grosor. De hecho, dado lo rápido que se están derritiendo muchos glaciares, uno de los estudios que ahora mismo desarrollo tanto en los Alpes (glaciar de clima templado) como los Andes (glaciar tropical), no es ya tanto predecir cómo va a cambiar la biodiversidad asociada a los glaciares con la desaparición de los mismos, sino verlo y documentarlo en directo. Además, existen dudas sobre qué va a desaparecer primero, si el propio glaciar o el río que nace del mismo. A priori, dado que estos ríos se forman por el deshielo, podríamos pensar que se necesita que el glaciar se derrita por completo para que el río que nace de él desaparezca. Sin embargo, a veces, la realidad se aleja de la teoría. Por ejemplo, la reducción de algunos de los glaciares que estamos estudiando hace que la poca agua que emana de ellos se infiltre directamente en el suelo sin que circule pendiente abajo. Esto tiene implicaciones más allá de las puramente ecológicas, ya que no hace falta que el glaciar se derrita por completo para que dejemos de tener una fuente de agua que hasta ahora ha sido muy estable. Probablemente, este efecto se dejará notar a una distancia considerable aguas abajo, y en el caso concreto de los Alpes, acabará acarreando dificultades para la captación de agua para las estaciones de esquí, mientras que en otras zonas como el Himalaya o los Andes habrá importantes pérdidas de terreno fértil para la agricultura y ganadería tradicional, ya que los glaciares suponen una fuente de agua fundamental para estas zonas.

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Dani (izquierda) y Sophie (derecha) durante la entrevista que tuvo lugar en la sede del IRSTEA de Lyon, Francia.

¿Y qué va a pasar con los organismos que viven en ríos glaciares?

Aunque el río no desaparezca por completo, las condiciones tan específicas y duras que se dan en estos ecosistemas se volverán más benignas, por lo que las especies altamente especializadas que comentábamos antes podrían desaparecer [Sophie remarca que estas especies tendrán que soportar, por un lado las nuevas condiciones ambientales para las que no están especialmente preparadas y, por otro lado, la competencia de especies oportunistas de altitudes más bajas que irán subiendo poco a poco en altura hasta colonizar áreas que antes no les eran favorables]. Esto supone una gran amenaza para las especies endémicas de estos sistemas, las cuales tienen un alto valor de conservación. Desde luego, la pérdida de estas especies implicaría unas comunidades más homogéneas y un descenso de la biodiversidad regional del área.

«Aunque parásemos totalmente la emisión de CO2 y otros gases de efecto invernadero y consiguiéramos que no haya un aumento extra de la temperatura, los glaciares seguirán reduciendo su superficie»

Como nos comentas, el cambio climático afecta a los glaciares de todo el mundo y está provocando su desaparición. ¿Hay alguna medida de gestión que permita reducir el impacto del cambio climático y preservar estos sistemas tan únicos?

En mi opinión, las medidas de gestión deben ir por dos vías paralelas. Por un lado, lo prioritario sería apostar definitivamente por medidas encaminadas a frenar el aumento global de las temperaturas a través de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Y además, debería lograrse en el menor tiempo posible, pues el tiempo es implacable y corre en nuestra contra. Por otro lado, están las medidas de gestión directas sobre el glaciar, que pueden incluir desde una planificación de usos del suelo en el entorno glaciar, hasta acciones directas de gestión del propio glaciar, con las que a día de hoy no estoy muy de acuerdo. De hecho, esta segunda vía se encuentra todavía en una fase muy preliminar, tal y como muestran las técnicas más utilizadas en la actualidad, que consisten en cubrir el glaciar con plásticos blancos o aplicar pintura blanca sobre las rocas para minimizar la absorción de energía y reducir así la fusión del hielo. Además, conforme vayamos conociendo mejor cómo funcionan estas dinámicas en los distintos glaciares, podremos proponer medidas más eficaces para la conservación de estos incomparables sistemas.

 ¿Cómo es la experiencia de muestrear estos ríos en los límites de los glaciares?

¡Genial! Pero también muy difícil, según el día y el equipo de muestreo. Os confirmo que, si muestrear agua a menos de 7 ºC ya duele, muestrearla a menos de 4 ºC es infernal. Pero es que, hacerlo a menos de 1 ºC ¡te lleva directamente a preguntarte por qué haces este trabajo! El equipo de investigación tiene que estar acostumbrado a lo que significa muestrear a altitudes que rondan los 4-5 mil metros de altitud. Hay que tener en cuenta que el acceso a estos lugares implica, en primer lugar, acceder a través de malas carreteras hasta el punto más alto posible. De ahí, normalmente nos espera una larga caminata de 3 horas de media hasta llegar a la base del glaciar cargados de un pesado material de muestreo. Una vez que llegas, toca ponerte en faena, lo que normalmente causa que acabes con los pies mojados y por tanto, casi congelados. Además, estos muestreos implican muchas veces dormir sobre el terreno, lo que no siempre es fácil. Sin embargo, la experiencia de muestrear en un sitio tan inhóspito es incomparable. Te garantizo que la sensación que se genera cuando, tras haber tenido condiciones muy duras arriba, de repente, el cielo se despeja y tienes una vista espectacular, es única. Y, por supuesto, también cuando bajas y tomas una ducha caliente para después contemplar tranquilamente, por fin con ropa seca, la puesta de sol en el valle.

Sophie durante una expedición a un río glaciar.

Supongo que estos muestreos estarán llenos de historias y anécdotas. ¿Alguna que recuerdes con especial cariño?

En 2014, intentamos hacer un estudio del glaciar usando cámaras térmicas montadas en drones para estudiar la temperatura del glaciar. En aquel entonces, los drones no eran ni tan pequeños ni tan ligeros como los de hoy en día, y requerían de pesadas y numerosas baterías para funcionar. Para transportar todo el material de muestreo alquilamos 3 burros que nos ayudaran a subir todo lo necesario: drones, sensores y sondas de diverso tipo, tiendas de campaña para dormir y guardar el equipo, alcohol para conservar muestras biológicas, junto a otros instrumentos de muestreo. Cuando llegamos arriba, las condiciones meteorológicas eran muy adversas para volar el dron y, pese al esfuerzo realizado, no nos quedó más remedio que refugiarnos en las tiendas hasta que pasara la tormenta. Sin embargo, como había estado nevando toda la noche, a la mañana siguiente no pudimos utilizar el dron porque el glaciar estaba cubierto de nieve y eso nos impedía tomar fotos de las plantas y los nuevos hábitats que se crean en los glaciares conforme estos se derriten. Es curioso, porque pese a la tecnología que llevábamos y el esfuerzo que realizamos, entre los burros y las inclemencias meteorológicas me sentí como cuando Humboldt investigaba nuevos territorios allá por el siglo XVIII .

«La sensación que se genera cuando, tras haber tenido condiciones muy duras arriba, de repente, el cielo se despeja y tienes una vista espectacular, es única»

¿Nos podrías dar una pista sobre los temas qué vas a abordar en tus próximas investigaciones?

Quizás lo más inmediato sea comprobar si el efecto que produce el cambio climático en los glaciares y los ríos que nacen de ellos difiere en función de la exposición al impacto humano. En otras palabras, si cuencas con influencia glaciar que están expuestas a una mayor presión en la extracción de agua para estaciones de esquí se van a ver más afectados por el cambio climático. Por otra parte, y no deja de ser triste, la tasa actual de desaparición de los glaciares nos va a permitir comprobar experimentalmente cómo se está desarrollando este cambio y si se cumplen las predicciones de cambio climático en estos ecosistemas tan singulares. Finalmente, se está empezando a estudiar la diversidad biológica sobre el propio glaciar, ya que investigaciones recientes sugieren que atesoran una biodiversidad mayor de la que inicialmente se había pensado. En particular, organismos como bacterias, diatomeas, hongos, algas, plantas o microvertebrados y otros tan curiosos como los tardígrados podrían ser más diversos de lo que hemos observado hasta el momento. Además, curiosamente, esta biodiversidad puede influir en la tasa de descomposición del propio glaciar. Por ejemplo, el desarrollo de las comunidades de algas rojas disminuye el albedo sobre el glaciar, acelerando su fusión.

Dado que eres la primera mujer que entrevistamos, ¿cómo ves la situación actual de la mujer en la ciencia? ¿Qué podemos mejorar para alcanzar la igualdad real?

Aunque se ha avanzado mucho en los últimos tiempos, queda mucho por hacer para lograr esa igualdad. Siento que con determinada gente y bajo ciertas circunstancias suelen hacerme mucho menos caso que a un hombre. Creo que las mujeres tenemos que justificarnos y explicarnos mucho más para que crean que somos capaces de hacer lo mismo que los hombres y que se valore el trabajo que hacemos. Cosas que parecen tonterías, como tener que pelear para que me dejaran cargar mi propia mochila ¡siendo 2 veces más rápida andando que los que insistían en llevármela! De hecho, el paternalismo puede ser incluso peor que el machismo por la actitud condescendiente que implica. De todas formas, el problema no está solo en la ciencia. Hay que empezar a cambiar las mentes en todos los sectores, empezando por abandonar la cortesía rancia, como dejar a las chicas pasar primero y todas esas tonterías, y terminando por igualar los permisos de paternidad y maternidad.

«Esta biodiversidad puede influir en la tasa de descomposición del propio glaciar. Por ejemplo, el desarrollo de las comunidades de algas rojas disminuye el albedo sobre el glaciar, acelerando su fusión»

Para finalizar esta interesante entrevista, Sophie, ¿crees que el ser humano va a ser capaz de revertir y superar los efectos del cambio climático?

No soy muy optimista al respecto porque casi una mitad de la gente no quiere y la otra mitad no sabe. Por un lado, falta transferencia del conocimiento generado por la ciencia a la sociedad, de manera que esta última adquiera consciencia sobre las implicaciones que tiene el cambio climático. Eso posibilitaría emprender acciones encaminadas a mitigar este fenómeno. Por otro lado, falta voluntad política y social para realizar los cambios que la comunidad científica apunta como necesarios. Paradójicamente, para esto hace falta que la sociedad esté bien informada y que los políticos noten la presión de la ciudadanía.

Muchas gracias Sophie, ha sido un placer tenerte en Ecomandanga. Esperamos que gracias a tu trabajo y el del resto de la comunidad científica la sociedad esté más informada de la importancia de los glaciares y de las medidas que podemos adoptar para preservar estos ecosistemas únicos.

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Sophie junto al póster sobre los efectos en la biodiversidad de la pérdida de glaciares que presentó en el SEFS10 (Congreso Europeo de Ecosistemas de Agua Dulce).

¿Cómo es Sophie?

Una comida: Tras una época compleja sin alojamiento fijo en París (mi residencia habitual estaba en Sudamérica), donde me alimenté a base de sándwiches de estación de tren, llegué a un seminario en la Bretaña donde nos invitaron a marisco. ¡Me comí un cangrejo que creo ha sido el mejor bocado de mi vida!
Una ciudad: Pasé una época increíble en la Paz, Bolivia.
Un paisaje: Los glaciares de la Patagonia.
Un olor: Manzana cocinada.
Una canción: La vuelta al mundo, de Calle 13.
Algo que eches de menos: Poder boicotear a las grandes cadenas francesas comprando en pequeñas tiendas de ultramarinos que tienen 10.000 productos en 20 m2.
Un recuerdo de infancia: Entrar a una gran iglesia en España y decirle a mi padre: “oye, aquí hay mucho espacio sin usar, ¡aquí podríamos hacer grandes fiestas!”.
Un miedo: la oscuridad y por lo tanto dormir sola en un lugar aislado.
Una frase o cita: “El ridículo no mata”, lo sé porque lo he comprobado muchas veces.

Entrada escrita por Daniel Bruno, Félix Picazo y Tano Gutiérrez