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Los árboles urbanos aportan salud y riqueza

En esta entrada os traemos un reciente artículo publicado en la revista Scientific Reports que nos muestra cómo la mayor presencia de árboles en las zonas urbanas puede mejorar nuestra salud y nuestro bienestar económico.

Mejorar la calidad del aire, reducir la necesidad de equipos de aire acondicionado/calefacción o hacer los ambientes urbanos estéticamente más acogedores y confortables son algunos de los principales beneficios que nos aporta la presencia de árboles en áreas urbanas. Y es que, la exposición a zonas verdes supone un reconstituyente desde los puntos de vista psicológico y fisiológico. Esto es posible gracias al importante papel que estas zonas juegan tanto en la promoción de la salud mental y la actividad física como en la reducción de la mortalidad no accidental, de las enfermedades asociadas a la condición física (morbilidad), de la desigualdad derivada del binomio nivel de ingresos-morbilidad, de la presión sanguínea, de los niveles de estrés y de la cantidad de tiempo libre dedicada a actividades sedentarias. También se ha comprobado que las zonas verdes pueden incrementar los beneficios psicológicos y cardio-vasculares derivados de la actividad física. Por si todo lo anterior fuera poco, diversos experimentos han demostrado que la interacción con ambientes naturales puede tener efectos beneficiosos, tras exposiciones breves, sobre la memoria y la capacidad de atención tanto de individuos sanos como enfermos. Además, el hecho de tener acceso a vistas con paisajes más naturales, bien desde el hogar o bien desde la cama de un hospital, rebaja la predisposición a cometer actos criminales y agresiones y mejora el proceso de recuperación tras una cirugía.

«La presencia de zonas verdes urbanas proporciona un gran número de beneficios para nuestra salud física y mental»

Todos los beneficios, los cuales han sido constatados en numerosos artículos científicos, han servido de inspiración a un grupo de investigadores para realizar un estudio donde identifican qué características asociadas a zonas verdes urbanas son las que más benefician al estado de salud de las personas que habitan en su entorno. Por ejemplo, podemos describir una zona verde urbana midiendo la densidad de árboles, su altura o su superficie. Para realizar este trabajo, los investigadores relacionaron datos procedentes de imágenes de satélite de alta resolución y árboles individuales del centro urbano de la ciudad de Toronto (Canadá) con la salud general, a través de encuestas y con enfermedades de origen metabólico/cardíaco y de desórdenes mentales reflejados en los informes del área de salud de la provincia de Ontario (donde se encuentra la ciudad de Toronto).

Parque del Retiro, Madrid (Félix Picazo).

Así, los investigadores analizaron la relación entre variables que describen la cobertura arbórea en calles y áreas como parques y jardines domésticos con indicadores de la salud individual de los habitantes. Estas últimas, se dividieron en tres grandes bloques: i) percepción de salud general; ii) incidencia de patologías de origen metabólico/cardíaco tales como hipertensión, hiperglucemia, obesidad, hipercolesterolemia, infartos de miocardio, enfermedades cardíacas, derrame cerebral y diabetes; y iii) problemas de salud mental, que incluían depresión, ansiedad y adicción. Al contrario de lo que pudiera parecer, la percepción de salud general mediante un procedimiento subjetivo de auto-valoración es un indicador de gran fiabilidad, ya que estudios previos han demostrado una asociación fuerte entre este parámetro y las tasas de reales de incidencia de la enfermedad y mortalidad. Se trata, por tanto, de un indicador robusto de salud, tanto individual como poblacional.

«La gente que vive en barrios con mayor densidad de árboles en sus calles manifiesta una mejor percepción general de salud y menos problemas de origen metabólico-cardíaco»

Los resultados de este estudio no dejan lugar a dudas: la gente que vive en barrios con mayor densidad de árboles en sus calles manifiesta una mejor percepción general de salud y menos problemas de origen metabólico-cardíaco, tras corregir el efecto de los factores demográficos y socio-económicos. En concreto, los investigadores señalan que multiplicar por 10 la densidad de árboles por manzana mejora la percepción de salud en la misma medida que si sus habitantes mejoraran sus ingresos anuales en 10.000 dólares per cápita, se mudaran a barrios con una renta media que supere en 10.000 dólares la de su actual barrio o fueran 7 años más jovenes. Si la densidad de árboles se multiplicara por 11, los problemas de origen metabólico/cardíaco se reduciría al nivel de los detectados en el sector de población con 20.000 dólares más de ingresos personales, en un barrio con una renta media que supere en 20.000 dólares la del barrio actual, o en el sector de población con edad media 1,4 años menor.

Artículo completo:

Kardan O, Gozdyra P, Misic B, Moola F, Palmer LJ, Paus T & Berman MG (2015) Neighborhood greenspace and health in a large urban center. Scientific Reports, 5: 11610. DOI: 10.1038/srep11610.

Entrada escrita por Félix Picazo, Tano Gutiérrez y Daniel Bruno

*Foto de portada: Parque del Retiro, Madrid (Félix Picazo).