Investiga, que no es poco

SIBECOL: festival de ecología «made in Iberia»

En un mundo tan volátil y utilitarista como el nuestro, con frecuencia olvidamos la grandeza que encierra generar conocimiento. Así, más allá del horizonte de lo inmediato, la investigación nos ayuda a comprender mejor el mundo que nos rodea a través de distintas disciplinas científicas. En medio de un maremágnum de cifras, fórmulas y leyes, encontramos la ecología, una rama de la ciencia enfocada hacia la comprensión de las reglas y patrones generales que rigen el funcionamiento de los ecosistemas, y que se alza como un pilar fundamental para garantizar nuestra supervivencia en un mundo cada vez menos habitable.

Sin embargo, la ecología, lejos de ser una ciencia homogénea, se encuentra muy fragmentada en distintas esferas, normalmente asociadas al sistema objeto de estudio y límites administrativos/políticos, lo que ha dificultado el desarrollo de teorías generales y la comunicación entre un conjunto amplio de ecólogos. Por ese motivo, varias sociedades científicas, que aglutinan a los investigadores ibéricos dedicados al estudio de las aguas continentales (AIL), del océano, de los ecosistemas terrestres (AEET, SPECO) o del comportamiento y la ecología evolutiva (SEEEE), han decidido unirse en la Sociedad Ibérica de Ecología (SIBECOL), la cual está integrada actualmente por más de 2000 investigadores de la Península Ibérica. La pasada semana (4-7 febrero), tuvo lugar en Barcelona el primer congreso de SIBECOL, alcanzando una gran repercusión en redes sociales y medios generalistas, tanto fuera como dentro de la Península Ibérica. Ecomandanga no quiso perderse esta gran cita, y hoy os traemos un breve resumen de lo que allí vivimos y sentimos.

Una buena representación de las ecólogas ibéricas.

SIBECOL 2019: rompiendo barreras, unidos en la diversidad

El congreso, que reunió a casi 700 científicos, comenzó con una serie de talleres de estadística y otras técnicas, generosa y brillantemente impartidos por y para jóvenes investigadores. Una excelente manera de intercambiar conocimientos entre todas las áreas de la ecología, y además dinamizado por la energía con la que llegan las nuevas generaciones de ecólogos.

En los días siguientes, las sesiones plenarias tocaron temas tan diversos como apasionantes, incluyendo el estado de nuestros océanos, los impactos de las especies invasoras, los avances en el conocimiento de los ríos intermitentes, la coexistencia de los organismos, y el estudio de la arquitectura de la biodiversidad, entre otros temas.

Para hacernos una idea de la magnitud del congreso, entre sesiones generales y especiales, hubo hasta 10 presentaciones simultáneas, llegando a un total de 26 sesiones que trataron temas tan variados como agroecología, biogeografía, ciclos biogeoquímicos, cambio climático, conservación de la biodiversidad, etología, invasiones biológicas, restauración ecológica, paleoecología, ecología cuantitativa, evolutiva, funcional, molecular y microbiana. Vamos, que algún despistado podía pensar que se encontraba en un verdadero festival de música con varios artistas tocando simultáneamente en los distintos escenarios.

Algunos de los asistentes a SIBECOL, junto al cartel del congreso.

Como bien sabéis, Ecomandanga no solo difunde ciencia, sino que también contribuye activamente a ampliar las fronteras del conocimiento. Así, varios integrantes de este proyecto tuvieron una participación destacada organizando la sesión “Conservación de la biodiversidad en un mundo en cambio global” (Pedro Abellán y David Sánchez-Fernández) y a través de distintas ponencias.

¡Los científicos también somos animales sociales!

La ciencia es en muchas ocasiones solitaria: estamos solos en nuestro laboratorio o ante nuestro ordenador, en nuestra parcelita de conocimiento, sin sentir el calor o sin interaccionar con el resto de la comunidad científica. Pero eventos como SIBECOL 2019 son los que te sitúan en un contexto más amplio, donde notas la fuerza y apoyo mutuo de otros investigadores para seguir aprendiendo, que en realidad sirven para hacer que todos seamos más grandes. Como buenos agricultores, los miembros de esta sociedad han plantado unas semillas en un ambiente integrador que nos ayudará a ampliar nuestra visión de la ecología, y del que es probable que obtengamos grandes frutos durante los próximos años.

Cena mandanguera en el Puerto de la Plata.

En este contexto, SIBECOL y en especial sus sesiones nocturnas, también sirvieron para conocer en persona y fortalecer lazos con divulgadores y colaboradores como Eneko Arrondo, Julia Chacón, Omar Flores, Pablo García Palacios, Graciela Gil-Romera, Encarni Montoya, Rubén Milla o Cristina Romera, entre otras maravillosas personas. Es muy ilusionante encontrar a tanta gente dispuesta a poner su granito de arena para que el conocimiento científico llegue a la gente a través de tuits, blogs y cualquier otro “arma” de divulgación masiva a su alcance. El reto es inmenso, pero desde luego cada vez tenemos más brazos remando en la misma dirección, por lo que esperamos y deseamos que entre todos (científicos, divulgadores y sociedad), seamos capaces de aumentar la conciencia ambiental y revertir el proceso de degradación ecológica al que se enfrentan los ecosistemas ibéricos y mundiales actualmente.

Finalmente, queremos dar las gracias a la organización del congreso, que estuvo coordinada por Isabel Muñoz (Universidad de Barcelona), y al fantástico equipo de voluntarios que generosamente hizo posible que pudiéramos disfrutar de este festival de la ecología.

Entrada escrita por Daniel Bruno, Tano Gutiérrez y Félix Picazo