Cartagena, 1985. Nacido y criado a orillas de la Rambla de Benipila, desde mi nacimiento ya se intuía que mi destino iba a estar marcado por los ríos Mediterráneos, pues mi madre me trajo al mundo durante una riada de magnitudes bíblicas que incluso provocó el desalojo del hospital. Más allá de esta anécdota, desde bien pequeñito mis padres me inculcaron el respeto por la naturaleza y despertaron en mí una gran curiosidad por el medio que nos rodea. Todas las vacaciones cogíamos nuestras botas y mochilas y poníamos rumbo a cualquier punto de la geografía ibérica donde hubiera un espectáculo natural digno de ser contemplado y yo no hacía más que empaparme de todo lo que veía y sentía. En esos años, sé que fui el típico niño cansino que no paraba de hacer preguntas del tipo “¿Y por qué…?” pero ellos nunca eludían dar una respuesta, es más, provocaban que yo me hiciera todavía más preguntas.
Imagino que fruto de todo esto, una de las primeras y atípicas vocaciones que recuerdo al preguntarnos en el colegio: “¿nenico y tú qué quieres ser de mayor?” fue la de “guarda forestal” mientras que los demás niños se repartían entre médicos, astronautas, profesores y otros oficios. De hecho, notaba una condescendiente mirada del profe pensando “éste va a pasar hambre”. Al final, esta vocación inicial fue puliéndose hasta acabar materializándose en Ciencias Ambientales, licenciatura que cursé desde 2003 hasta 2008 en la Universidad de Murcia. Una carrera en la que sales sabiendo de todo…y de nada… Por aquellas fechas ya había empezado a echar una mano como alumno interno en el grupo de Ecología Acuática del Departamento de Ecología e Hidrología de la Universidad de Murcia lo que me enganchó y animó a hacer un Máster sobre gestión de la biodiversidad en ambientes Mediterráneos (2009) para finalmente obtener un contrato FPU y acabar presentando en 2015 una tesis doctoral donde estudié las respuestas de la vegetación de ribera (la que crece junto a los ríos) Mediterránea al estrés ambiental. La tesis, un periodo irrepetible de gran crecimiento personal que siempre recordaré con el mayor de los cariños, pues estuve rodeado de los que para mí siempre serán los mejores. En 2015-2016 estuve contratado por el LIFE+ RIPISILVANATURA que aspiraba a fortalecer la vegetación de ribera autóctona y controlar las especies exóticas invasoras en el Río Segura. Tras pasar 2017 con un contrato postdoctoral estudiando el efecto del cambio climático sobre los ríos alpinos en el INRAE de Lyon, Francia (antiguo IRSTEA-Instituto Nacional de Investigación de ciencias y tecnologías para el medioambiente y la agricultura), en 2018 me mudé con una Juan de la Cierva Formación al Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) de Zaragoza donde he estado felizmente hasta 2022 investigando sobre distintas temáticas, entre otras, patrones de biodiversidad en ríos, servicios ecosistémicos, ciencia ciudadana, con especial énfasis en la ciencia, gestión y restauración de riberas fluviales, en parte a través de la COST Action CONVERGES donde fui parte del comité de gestión y coordinador de becas. Recientemente me he incorporado al área de Ecología de la Universidad Miguel Hernández de Elche como Investigador Junior. Si quieres ahondar en mis líneas y trabajos de investigación puedes seguirme en Google Académico y ResearchGate.
Durante toda mi trayectoria y gracias a AJIUM y a sus ciclos de ciencia y cañas así como mi incursión en el apasionante mundo de la ciencia ciudadana, entendí que no basta con hacer ciencia, sino que hay que hacerla llegar a la gente para que la conozca, valore, participe e incluso exija. El cambio global en el que nos encontramos inmersos hará que la humanidad tenga que afrontar grandes retos económicos, ecológicos y sociales en las próximas décadas. Empecemos a afrontarlos desde ya, de manera constructiva y planificada, usando todo el conocimiento científico disponible como base e inspiración en la búsqueda de un sistema más respetuoso con el propio ser humano y con el medio que lo sustenta.