La biodiversidad en equipo jugando al tiki-taka,
un tomatico partío recién cogido de la mata,
los salmones remontando los ríos de Alaska,
tu madre en la verbena, cuando va y se desata.

La eterna sintonía de “El hombre y la tierra”,
infinitas flores tiñendo de color la primavera,
un paseo matutino con el fresco de la sierra,
degustar una rica cerveza artesana a tu vera.

Perico Delgado descendiendo el Tourmalet,
Arguiñano en «Airbag» jugando a la tortilla rusa,
tu emisora favorita pinchando una rumba de Peret,
toca quedarse la siguiente ronda, no hay excusa.

La milana bonita sobre el hombro de Azarías,
un legendario uno contra uno entre Magic y Jordan,
Camarón en su leyenda del tiempo por bulerías,
vegetales locales, maravillas que no engordan.

Cada día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, un abrumador torrente de información inunda nuestra vida. A través de medios de comunicación convencionales y redes sociales, un incesante flujo de noticias negativas nos muestra un mundo cambiante y cuya complejidad no para de crecer. Ante esta situación, muchas personas nos sentimos incapaces de proyectar el cambio que querríamos ver, y ya sea por falta de confianza, de conocimiento o simplemente por resignación, tendemos a pensar que no hay nada que hacer. Con Ecomandanga queremos dar un paso al frente y aportar nuestro granito de arena para revertir esta situación.

Nuestro objetivo es tan ambicioso como necesario: proporcionar unas herramientas que favorezcan el cambio y la acción de personas que quieran construir un mundo mejor. Desde la ciencia, se trabaja muy duro para tratar de encontrar respuestas a los retos actuales, generando una gran cantidad de conocimiento esencial para fraguar ese cambio. Sin embargo, muchas veces resulta complicado acceder a una información que en general se encuentra fragmentada, restringida y escrita en un lenguaje complejo. Mediante este proyecto, pretendemos pasar toda esa información por la cocina ecomandanguera, darle vuelta y vuelta, y aderezarla para ofrecer un producto de divulgación al punto, presentado de manera sencilla y atractiva, que puedas oler, tocar y degustar. La ciencia entra mejor si es a través de la práctica, y más aún si se trata de una experiencia positiva y sensorial. Por ello, la gastronomía, las excursiones o disciplinas como la etnobotánica son elementos clave en nuestra propuesta, ya que resultan extremadamente útiles para poner en práctica la ciencia. Por ejemplo, cocinar ofrece muchas posibilidades, entre las que destaca el aprender a combinar ingredientes y nutrientes en un buen guiso de temporada, que además de ser saludable y más sostenible, preserva nuestra cultura. Además, podemos descubrir los secretos de la termodinámica que se ocultan tras la agricultura, convertirnos en expertos microbiólogos elaborando pan o queso, o visitando una bodega, y siempre teniendo muy presente el uso de nuestros sentidos durante el proceso.

Más allá del mundo digital, hay un mundo natural esperando a ser descubierto, de una abrumadora belleza y habitado por multitud de organismos que han sido capaces de descubrir los secretos de la sostenibilidad. Este proyecto usa la naturaleza como fuente de inspiración y motor de cambio, ya que nos proporciona un modelo de funcionamiento del que podemos aprender cómo afrontar los retos que vivimos actualmente. El mundo natural nos puede mostrar cómo re-diseñar nuestra manera de producir u organizar la sociedad, imitando sus virtudes. Durante millones de años este modelo ha perdurado a través de reglas tan sencillas como el uso exclusivo de recursos locales y renovables, transformados mediante procesos que tienen lugar a temperatura ambiente, promoviendo la diversidad, la armonía y la capacidad de adaptación. Más allá de denuncias, lamentos e inmovilismo, en Ecomandanga queremos que tú seas ese motor de cambio. Una revolución inspirada en la naturaleza para construir un mundo mejor.

Por eso mismo, Ecomandanga no se puede definir en una frase. Para nosotros es una forma de entender la vida y nuestra relación con la realidad. Siempre en la búsqueda del equilibrio personal, la sencillez, la felicidad y la armonía con la naturaleza. Cuando la sientes por primera vez, la reconoces. Y cuando eso sucede, ya no hay marcha atrás: cada vez quieres más, y más, y más…