Hoy nos inspira

Cristina Cañavate, cambiando el modelo de consumo

Vivimos en una sociedad en la que se nos dice que la única solución al problema ambiental es cambiar el modelo de consumo. Sin embargo, cuando miramos a nuestro alrededor, vemos con cierta inquietud que casi nada ni nadie cambia. Necesitamos conocer personas y proyectos que nos puedan servir de referente para este cambio social tan necesario. Sin duda, una de estas personas es Cristina Cañavate, pionera del movimiento “Zero Waste” (residuo cero) en España, creadora del blog Orgranico sobre sostenibilidad y gerente de uno de los establecimientos de Foodtopía, empresa de alimentación basada en economía local resiliente. Hoy, nuestro colaborador David Sánchez Fernández nos trae una entrevista a Cristina, donde nos cuenta su modo de vida y los interesantes proyectos que está desarrollando.  ¡Hoy nos inspira… Cristina Cañavate!

Cristina Cañavate, creadora del blog Orgranico sobre sostenibilidad y gerente de uno de los establecimientos de Foodtopía

Hola Cristina, encantados de tenerte en Ecomandanga ¿Cómo empezó tu preocupación por los problemas medioambientales?

Todo esto comenzó hará unos 4-5 años. Estaba trabajando en Shanghái (China), ayudando a empresas españolas a vender sus productos y servicios a empresas chinas. Allí, antes de salir de casa cada mañana, veía el grado de contaminación del aire para saber si me ponía la mascarilla o no. Este tema me preocupaba mucho porque la primera causa de muerte allí es el cáncer de pulmón. Después, estuve viviendo en Singapur, donde estos altos niveles de contaminación no son tan frecuentes, pero de vez en cuando aparece una nube tóxica que proviene de la quema de bosques en Indonesia para producir aceite de palma. Viví en primera persona cómo las actividades de un país podían provocar graves daños medioambientales que traspasan fronteras y acaban afectando a la salud de las personas. Todo está conectado: el nivel de contaminación, la salud de las personas, incluso la desigualdad o la pobreza; todo está relacionado de una forma u otra. Cuando viví esta serie de experiencias, decidí parar y reflexionar sobre qué podía hacer yo para contrarrestar estos procesos.  Lógicamente, yo no puedo parar la contaminación en China, ni la quema de bosques en Indonesia, pero fue en este momento cuando empecé a tomar decisiones en mis rutinas y hábitos diarios que generaran el menor impacto posible sobre el medioambiente.

Y ¿cuáles son esas decisiones que pueden generar un menor impacto de nuestro estilo de vida?

En mi día a día trato de reducir la cantidad de residuos que genero y, sobre todo, hacer un consumo más consciente y responsable. Si dejo de producir residuos, estoy reduciendo de alguna forma el problema de la contaminación por residuos, pero no solo eso, sino que también estoy reduciendo el consumo en origen, estoy diciéndole a las empresas que no me interesan determinados productos, ya sea porque está envasado en plástico, porque tiene un packaging excesivo, o simplemente porque me replanteo las cosas que realmente necesito. Además, trato de no comer carne, ya que la industria cárnica es de las más insostenibles, y de no comprar ropa nueva. Si compro ropa nueva solo porque ha cambiado la temporada y hay ropa nueva en las tiendas, estoy alimentando esa rueda de producción frenética donde se consumen materias primas de forma excesiva. Ya no veo las cosas de la misma forma, antes veía normal ir de compras cada temporada, ahora lo veo casi como un ataque al mundo en el que estoy viviendo.

¿Nos puedes hablar del movimiento residuo cero y del blog Orgranico?

¡Claro! El movimiento residuo cero [zero waste en inglés] es una filosofía de vida por la que se trata de reducir al máximo los residuos que generamos cotidianamente. En este movimiento se sigue la regla de las 5 erres en el siguiente orden: Rechazar lo que no necesitamos, Reducir aquello que necesitamos, Reutilizar objetos dándoles una segunda vida y evitando productos de usar y tirar, Reciclar aquello que no podemos rechazar, reducir o reutilizar y, por último, “Rot”, que traducido quiere decir compostar, pudrir o biodegradar y es la R que cierra el círculo y trata de no producir ningún tipo de residuo, ya que la materia orgánica se convierte en abono agrícola. Así, a la vez que reducimos nuestra huella ecológica, nos permite vivir con menos objetos materiales y poder centrarnos en momentos y experiencias verdaderamente importantes.

Cuando empecé a interesarme por el movimiento residuo cero, me di cuenta de que no había ningún tipo de información online en español. Entonces, empecé a llevarlo a cabo por mi cuenta y a escribirlo en ORGRANICO, una plataforma web en la cual explico el movimiento residuo cero y profundizo en varias facetas relacionadas, como por ejemplo sobre consumo consciente y responsable (vídeo 1) o alternativas viables a la filosofía de usar y tirar (vídeo 2). Por aquel entonces, creé una página de Facebook que se llama “zero waste España” y que actualmente tiene más de 12000 miembros. A partir de ella surgieron otros grupos “zero waste” en Madrid, Valencia, Barcelona y, también, en Murcia. Nuestra asociación “residuo cero Región de Murcia” trata de animar y asesorar tanto a particulares como a empresas para que intenten reducir la cantidad de residuos. Intentábamos buscar los lugares donde se podía comprar sin generar basura, sin residuos, las tiendas a granel, etc. y fue entonces cuando me llamó mucho la atención el proyecto Foodtopía. De hecho, me interesé tanto, que terminé trabajando allí, y ahora llevo mi propio establecimiento de Foodtopía.

Háblanos de Foodtopía

Foodtopía es mucho más que una tienda de comidas para llevar, es un elemento a través del cual puedes comer diariamente, no solo reduciendo tu huella de carbono, sino comiendo mejor. Si estamos comiendo un producto cercano, de base estamos reduciendo nuestra huella ecológica al mismo tiempo que activamos la economía local. Además, estos alimentos, al recolectarlos próximos a su óptimo de maduración, suelen tener más calidad nutricional y más sabor. Es un proyecto de economía local resiliente que trata de generar un cambio en el modelo de alimentación, reduciendo el gasto energético durante el proceso a lo largo de la cadena alimentaria. Además, se reduce mucho el precio y te permite evitar ir al supermercado y cocinar, con lo que se reduce mucho el gasto de energía. De hecho, la cocina es la habitación de la casa donde más energía se consume. Foodtopía te lo pone fácil para que comas sano, sostenible, sabroso y reduciendo costes y recursos. He ido compaginando Foodtopía y la asociación residuo cero, porque para mí son dos cosas esenciales. Foodtopía es un negocio, pero con sentido, con coherencia y que está ayudando a gente. A mí me ha dado un trabajo en el que me siento muy cómoda, puedo vivir a la vez que ayudo a reducir la huella ecológica de muchas personas.

Cuando hablamos de sostenibilidad, se suele apelar al “piensa globalmente, actúa localmente” pero, ¿crees que el cambio de modelo se debe producir de arriba hacia abajo, impulsado por los gobiernos, o de abajo hacia arriba, impulsado por movimientos sociales?

No descarto ninguna de las dos opciones, las dos son necesarias. Creo que lo más rápido es que los gobiernos lleven la iniciativa y se ponga a poner sanciones o premios a ciertas actividades. En algunas ciudades del País Vasco y otras ciudades europeas, se hace una recogida a la semana de cada tipo de residuo, de tal forma que cuando tú ves en tu casa cómo se acumula un tipo concreto de basura, es cuando empiezas a plantearte reducirla, porque claro, aquí tenemos una recogida diaria de basura, y eso hace que no seamos conscientes del problema. Medidas como ésta han permitido que se reduzca la cantidad de residuos y que la gente reflexione de una forma u otra, unos por imposición y otros por convicción. El problema es que la mayoría de la población no está concienciada. Si nos esperamos a que estén todos concienciados mientras los gobiernos se deciden a actuar en pro del medio y del mundo en el que vivimos, pues la tenemos clara, así que es necesario que los gobiernos se pongan las pilas, pero a la vez se necesita una sociedad cada vez más consciente y responsable que exija que se tomen esas medidas.

“Si el mundo acabara mañana, todavía hoy plantaría un árbol”

La situación es complicada, pero hay que ser optimistas y trabajar por nuestro futuro, tratar de animar cada vez a más personas a que sean proactivas para cambiar el modelo de consumo, reduciendo residuos y teniendo una relación mucho más justa con el planeta.

Muchísimas gracias Cristina, todo un placer charlar contigo.

¿Cómo es Cristina?

  • Una comida:  Salpicón de legumbres de Foodtopía.
  • Ciudad favorita: Granada.
  • Un paisaje: Fuentes del Marqués, en Caravaca de la Cruz.
  • Un olor: Jazmín.
  • Un disco/canción: Depende, de Jarabe de Palo.
  • Algo que eches de menos: A mi perro (que en paz descanse).
  • Un recuerdo de la infancia: Cuando mi padre me llevaba a la heladería Blancanieves a tomar batido de helado de nata.
  • Un miedo: Perder a mis seres queridos.
  • Una preocupación: Si merece la pena a día de hoy tener hijos por el legado que les tocaría vivir.
  • Una frase/cita: Si el mundo acabara mañana, todavía hoy plantaría un árbol.