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Usemos la ciencia para salvar el Mar Menor

Sábado, 12 de octubre de 2019. Las playas del Mar Menor cerca de San Pedro del Pinatar amanecían con miles de peces y crustáceos muertos o agonizantes en sus orillas. Cientos de vecinos contemplaban incrédulos e impotentes un triste y crudo espectáculo de consecuencias aún inciertas. Otro episodio dramático en la historia del Mar Menor que volvió a recordar a los españoles la mala salud de uno de sus espacios más emblemáticos.

Miles de peces y crustáceos muertos en la Playa de Villaenanitos (San Pedro del Pinatar)

Fue hace solo 3 años, en 2016, cuando saltaron todas las alarmas. El Mar Menor nos dio un aviso muy serio cuando sus aguas se convirtieron en una gran sopa verde. Se habían visto sobrepasados los mecanismos de amortiguación que hasta ese momento permitían que la laguna asimilara las grandes cantidades de nutrientes que llevaban años entrado a sus aguas por vía superficial y subterránea, los cuales, básicamente, tienen origen en los fertilizantes aplicados para la agricultura intensiva del Campo de Cartagena.

Los científicos llevaban razón, pero tras casi 30 años alertando por activa y por pasiva del posible desastre, no se les ha escuchado. Resulta realmente revelador tirar de hemeroteca y leer las declaraciones del titular de la Consejería de Agricultura, Agua y Medio Ambiente de la Región de Murcia allá por 2010. Las propuestas de los científicos no han sido consideradas ni siquiera estando integrados en el Comité Científico del Mar Menor, órgano consultivo creado por el propio Gobierno regional tras el episodio de «sopa verde» de 2016. A la vista está que no se han tomado las medidas necesarias para revertir la situación. Sin ir más lejos, y tras la mejoría en la transparencia de las aguas, desde el Gobierno regional y sus socios se llegó a afirmar que el Mar Menor iba camino de la recuperación, a pesar de que sus aguas seguían conteniendo altos niveles de nutrientes, la causa principal del problema. Ahora se está señalando a la DANA como único culpable, sin admitir que la fragilidad actual del Mar Menor es fruto de una mala gestión durante años y que el Gobierno regional no tiene ningún plan serio de mitigación o adaptación ante este tipo de fenómenos que se van a intensificar con la crisis climática.

El Mar Menor es un elemento irremplazable de la cultura y el paisaje de la Región de Murcia. En la foto: preparación del caldero del Mar Menor en la playa de Los Alcázares.

La agricultura es un sector importante en la Región de Murcia, pero también lo son la pesca y el turismo, sectores que se pueden ver fuertemente dañados por la pérdida de salud del Mar Menor. Por no mencionar los beneficios culturales y recreativos que aporta el Mar Menor, y que se están degradando por momentos. No se puede mantener en el tiempo un sistema económico y social que crea un gran daño ambiental, y la manera en que se ha gestionado el regadío en el Campo de Cartagena constituye un ejemplo paradigmático. Es la economía la que depende del medio ambiente, y no al revés. Por ello, es necesario alcanzar un equilibrio entre los distintos y valiosos servicios ecosistémicos que el Mar Menor nos brinda.

Es indudable que la implementación de medidas eficaces pasa por la toma de decisiones políticas valientes y basadas en criterios científicos, con datos contrastados, que reduzcan de manera drástica la entrada de nutrientes a la laguna. Habrá que pensar cuál es la mejor manera de hacerlo y de compensar a las partes afectadas. No se trata de buscar culpables, sino de aplicar el conocimiento científico para tomar las medidas necesarias que garanticen una sostenibilidad de la economía regional y de nuestro patrimonio natural. Y no parece que eso vaya ocurrir sin que haya una fuerte presión social acompañada de una importante inversión de recursos públicos.

Si no cambian las cosas, el Mar Menor va camino de colapsar, lo que conllevaría un desastre ecológico y económico de valor incalculable. Los ciudadanos tenemos que exigir medidas basadas en el criterio científico que aseguren la recuperación del Mar Menor en un contexto de crisis climática con sequías e inundaciones más frecuentes, y que nos permitan que, tanto nosotros como las generaciones futuras, podamos seguir disfrutando de esta joya única en la cuenca Mediterránea.

Unamos nuestras fuerzas y exijamos con contundencia medidas eficaces para salvar el Mar Menor.

¡Es ahora o nunca!

Firmantes iniciales:

Pedro Abellán Ródenas, Universidad de Sevilla

Marisa Arce Sánchez, CEBAS (CSIC)

Beatriz Baño Otálora, Universidad de Manchester (Reino Unido)

Daniel Bruno Collados, Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC)

José Antonio Carbonell Hernández – Estación Biológica de Doñana (CSIC)

María Nazaret González Alcaraz – Universidad de Aveiro (Portugal)

Cayetano Gutiérrez Cánovas – Universidad de Miño (Portugal)

Fulgencio Lisón Gil – Universidad de Concepción (Chile)

José Manuel Pereñíguez López – Universidad de Murcia

Félix Picazo Mota – Instituto de Geografía y Limnología de Nanjing (China)

Isabel Rodrigues Fernandes – Universidade do Minho (Portugal)

Pablo Rodríguez Ros – Scripps Institution of Oceanography (University of California San Diego)

David Sánchez-Fernández – Universidad de Murcia

José Manuel Zamora Marín – Universidad de Murcia

 

 

2 pensamientos en “Usemos la ciencia para salvar el Mar Menor

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